jueves, 17 de junio de 2010

Capitulo 1



Mientras caminaba por la vereda, casi completamente congelada, importantes preguntas circulaban en mi mente.
Baje la mirada a mis botas embarradas y mi abrigo violeta cubierto por una fina capa de nieve mientras pensaba que importancia y profundidad pueden llegar a tener las palabras "¿Quien eres?, ¿Quien está ahí?". Siempre respondemos con nuestros nombres pero ¿realmente sabemos quienes somos? Yo no. No sabía quien era, no desde que perdí la memoria al cumplir mis trece.
Mire hacia arriba y sentí los copos de nieve cayendo en mi nariz y mis mejillas. Estábamos a mediados de invierno. Los árboles, las casas y las aceras estaban completamente cubiertos de nieve. Era un día muy deprimente para los amantes del sol, por lo que se iban de vacaciones al sur, pero ese no era mi caso.
Autos pasaban con sus ruedas cubiertas por cadenas y sus conductores iban desesperados por llegar sanos y salvos a la seguridad de su hogar, con chimeneas y sus esposos, o esposas, esperándolos con sopas recién hechas. Ese, otra vez, no era mi caso. Mis padres murieron en un accidente por lo que vivía con mis tíos a los cuales no les gustaba hablar del tema.
Vivía en un vecindario con casas idénticas unas pegadas a las otras, todas blancas como está nieve que caía sin compasión ante los perros falderos que caminaban tras los pasos de las personas esperando un bocado o una acogida en sus calentitas viviendas.
Cuando llevaba como media hora caminando, por fin pude ver la chimenea humeante de mi casa. Camine hasta la puerta procurando no resbalar y metí mis manos enguantadas en mis bolsillos en busca de la llave de la puerta principal.
Al entrar, mi tía se acerco con una sonrisa pintada en el rostro.
-Stephenie, que bueno que está ves llegas temprano- me abrazo cariñosamente.
-Hola Susan- le devolví la sonrisa- ¿Donde está James?- dije mientras ella sacudía mi cabeza quitándome los copos que se habían adherido a mi cabello.
-Él aún no llega del trabajo- miro con preocupación hacia el suelo- Me tiene preocupada, se hace tarde.
Le sonreí en seña de ánimo y subí las escaleras en dirección a mi cuarto.
Estaba decorado simplemente con una cama y un escritorio con un ordenador portátil, el cual mis tíos me habían regalado para mi cumpleaños número 16. En la puerta del armario colgaba un gran espejo y en el se reflejaba una chica de 17 años con el pelo liso, largo y castaño de unos ojos grises y estatura media, normal como dirían muchos.
Colgué mi ropa en un perchero cerca de la puerta donde dejaba la ropa húmeda y me senté frente al escritorio. Encendí el ordenador a la vez que me ponía el pijama. Cuando al fin estuvo encendido, teclee el buscador de Google "accidente+pareja+Wolper". Espero un rato y por fin empezaron a aparecer los links, ninguno que no hubiera leído. Suspire resignada y camine hasta el baño para lavarme los dientes, hoy no comería. Mientras cepillaba mis dientes cuidadosamente me di cuenta que todo esto se estaba convirtiendo en una maldita rutina: llego de una larga caminata, saludo a mi tía y ella me dice que mi tío no ha llegado pero el llega después diciendo que fue porque se preocupa de no tener accidentes, subo las escaleras, me pongo mi pijama, busco en el ordenador lo mismo pera cada semana borro el historial para que mis tíos no se den cuenta y por último me acuesto, sin poder quedarme dormida hasta las 1 de la mañana, sin comer. Valla rutina.
Camine arrastrando mis pies y pensé que ya era hora de dejar eso. Lo único que conseguía con está rutina era preocupar a mis tíos y parecer un zombi. Además, Ryan también se estaba preocupando.
<<¡Genial!- grite hacia mi fuero interno- ahora preocupas a tu mejor amigo>>
Y ahí me di cuenta que se me olvidaba la reunión al día siguiente con él.

Me senté a los pies de un árbol y comencé a pensar en las divertidas formas de las nubes. Reía sola al pensar que ellas trataban de reír de mí, porque, era yo la que se reía de ellas. Las sombras de los árboles bailaban al son de una música misteriosa proviene de las calas escondidas entre la maleza, mientras que las sombras de las piedras jugueteaban con mariposas.
Misteriosamente mis manos eran más pequeñas y mi risa más melodiosa. Me pare mis pequeños pies y comencé a saludar a dos extraños que venían con sonrisas muy extrañas. Aunque solo fueran sombras con ojos amarillos y sonrisas endemoniadas, no les tenía miedo, al contrario, las quería.
Al cabo unos minutos una de ellas se arrodillaba a mis pies y extendía sus manos en mi dirección mientras que la otra se reía entre dientes a sus espaldas. Con una sonrisa extendí mis insignificantes manos a su encuentro pero una sombra mas clara y pacífica me tomo de la cintura y me abrazo con cariño a la vez que gritaba "¡nunca será de ustedes!".
Fue cuando me di cuenta que todo era un mal sueño, si tenia siente un recuerdo borroso de mi ya olvidada infancia. Desperté con el sonido de la lluvia chocando contra el cristal de mi ventana. Me levante con pereza y me vestí con unos jeans, un poleron blanco y unas zapatillas. Baje y me dirigí a regañadientes hacia la cocina, sabia que mi tía me esperarían para regañarme por no haber comido el día anterior, que les preocupaba bla, bla, bla, realmente ya no necesitaba esto, por lo que tome las llaves de la casa y aumente la velocidad de los mis pasos.
Cuando estuve afuera el único sonido que se escuchaba era el de mis botas contra la nieve. Faltaban dos casas para que fuera demasiado tarde y mis tíos no pudieran salir detrás mió diciéndome que desayunara.
Doble por la siguiente calle y por fin pude disminuir mi avance y concentrarme en llegar a la plaza donde Ryan estaría esperando cubierto de nieve y maldiciendo a su hermano pequeño por haberlo obligado a jugar una guerra, pero aun así Ryan amaba a su hermanito de 8 años. Aunque tuvieran casi 11 años de diferencia.
Suspire cuando lo vi sentado de espaldas en un banquito cerca de los juegos, reía mientras veía jugar a su hermano.
-¡Alex baja de allí, es muy peligroso!- gritó mientras corría hacia Alex para ayudarlo a bajar de un pino.
Reí entre dientes.
-¿Qué es tan gracioso, Steph?- dijo mientras se daba vuelta con Alex en sus brazos.
-Nada- le sonreí dulcemente.
En toda mi vida, lo único que me alegraba era esa sonrisa que esbozaba. Sus facciones angelicales acompañadas de ojos celestes y cabello rubio eran la droga de muchas. Era atleta, buen estudiante y "popular"
-¿Y a que viene la reunión?- sacudí el banquito y me senté cuidadosamente procurando no caer mientras lo miraba fijo.
-Mira, yo...- se vio interrumpido cuando mi celular comenzó a sonar.
-¿Aló?
-¿Stephenie Wolper?- pregunto una voz ronca al otro lado de la línea.
-Si- como rayos sabía esta mujer mi nombre- ¿Que quiere?
-Somos del ayuntamiento y necesitamos que se reúna con nosotros lo antes posible- dijo con un tono impaciente.
Tenía muchos días libres luego de que el colegio terminara, pero no me apetecía reunirme con una mujer extraña en este día.
-En un par de días estaría bien- respondí al rato.
-Estaremos en contacto.
Corte y mire fijamente a los ojos a Ryan.
-¿Te importaría acompañarme al ayuntamiento este Sábado?
-No- respondió pasando su brazo por mis hombros- ¿Te acompaño a casa?
-No quiero ir...- respondí removiéndome incomoda al recordar como deje a mi tía en casa, esperándome para desayunar- y, ¿a que se debe esta reunión?- repetí.
-No, a nada importante- se levanto y me extendió la mano- ¿vamos?
Entonces, como un rayo, el recuerdo de las sombras me sobresalto y, por primera vez en años, sentí una profunda soledad y mucho miedo.
Mientras caminábamos hacia mi hogar, Alex corría de allá para acá jugando con los montones de nieve formados del día anterior. Todos estábamos empapados por la lluvia pero no nos había impedido salir a reunirnos. Miraba los pasos de Ryan aferrada a su brazo intentando desaparecer este sentimiento tan repentino de miedo y soledad que me rodeaban.
Al llegar me beso la frente y Alex me dio una margarita congelada que había encontrado entre los montones de nieve. Espere a ver como desaparecían juntos, tomados de la mano, y entonces cerré la puerta y deje que resbalaran por mis mejillas algunas lágrimas. Al cabo de un rato camine hacia la escalera y la subí arrastrando mis pies descalzos por cada escalón como si ellos pudieran llevarse esta sensación tan amarga.
Camine pesadamente hacia mi cama y me permití una hora mas de sueño, eso siempre funciona después de un mal rato, cuando tus ojos ya no pueden mas, pero las duchas calientes después de un día frío, en muchos sentidos, también arreglan el mal rato que física o emocionalmente, en mi posición, pasaste, por lo que tome una larga ducha antes de ir a desayunar.
-...si pero esta vez intenta llegar temprano- mi tía discutía desde la cocina- adiós.
-¿Quien era?- me senté y aproveche de estirarme un poco.
-Mira quien aparece- poso sus manos en su cintura- era James- bien, se me había olvidado lo de está mañana y lo del reproche.
-Perdona, esa mañana tuve una reunión en el parque con Ryan- Bostecé.
-Que no vuelva a ocurrir -suspiro- ayer llego muy tarde y hoy espero que no se repita.
-Eso me lo dices todos los días, de lunes a viernes- Murmuré.
Se acerco y puso en mi meza una taza de café humeante, recién echo. Lo bebí lentamente y luego lo deje en el fregadero para que Susan se encargara de la limpieza.
-Me voy a lavar los dientes- suspire- si no te molesta.
-Como quieras.
Debía reconocer que no me estaba llevando muy bien con ella, no desde mí mal carácter. No es que yo fuera así, solo que me deprimía el hecho de como era mi vida: sin un pasado, un presente desastroso y un futuro no planeado, como lo hacen muchos.
Tome mi celular y aproveche de guardar el número de la extraña señora de la mañana, luego llamaría y averiguaría de quien era este número.
Subí las escaleras en dirección hacia el baño y comencé a lavarme los dientes, entonces recordé mi maldita ruina. Como ya dije, este era el día que pararía de una vez y dejaría de preocupar a mis tíos y a Ryan.
Como ya estaba vestida, no me quedo otra que llamar al número e informaciones y preguntar por el extraño llamado. Descubrí que el número era privado y no podía hacer nada para localizarlo ni saber de quien era.
-Valla día- murmuré.

3 comentarios:

Valeria. dijo...

Hoolaa!!!
heyy perdon por tener tu blogg olvidado encerio!!$:
pss la verdad no me habia leido la histt de ocaso hasta ahoriita es que he estado esperando por exiistenciaDD:
de verdad que amo esa hiist*-*
y como ya te he dichoo amo a darren hahaha xD
pero de verdad disculpa por no haberme pasado antes a leer esa hist $;
peroo ya la empece a leer y me paso igual que con existencia me atrapo! hahaha
de verdad espero que me perdones!
y claor que me acordaba!
pero como ya te dije es que estaba esperando por tu otra hiist):
la extraño!
bueno ahora seguire leyendo esta hist ^^
Cuidate!!
Bss; Vaal<3

Anónimo dijo...

:O:O Esta muy buena! xd ese es mi comentario, ahora seguire leyendo XD!

Ginebra dijo...

Bonito comienzo. Seguiré leyendo :)