viernes, 18 de junio de 2010

Capitulo 4

Camino a mi habitación me encontré con la líder de las "pretenciosas", como las llamaba April
-Tú debes ser la nueva- alzó la mano en mi dirección- soy Summer Ashton- la cogí amablemente intentando no tocarla mucho tiempo. Llevaba las uñas a la francesa. Sus ojos zafiro tenían un brillo maligno y sus rulos dorados caían juguetones por su rostro de muñeca de porcelana ¿Quién no le tendría celos a una chica tan guapa como ella? Por lo menos yo si le tenía, aunque Peter me prefiriera a mí. Sentí el deseo de sacar la lengua como una niña de 4 años.
-Mucho gusto, soy Stephenie Wolper- sonreí en su dirección cordialmente.
-Te vi con Peter hace un rato- bien, llevo menos de un día y ya, quizás, me gane el odio de la líder de las "populares"- Te mira de una forma... diferente a los demás.
-Mira, soy nueva. Si me quieres explicar las reglas solo hazlo- respire profundamente y sentí el aroma de un perfume de claveles, mi flor favorita- Yo no quiero nada con Peter y seguramente tampoco soy su tipo.
-No le ha contado a nadie su historia, solo a ti- parecía como si fuera a explotar en cualquier minuto ¡¿Es mi culpa?!- solo no te metas con él y estaremos en paz- valla bruja. Antes de seguir su camino se acerco a mi oído- es mío.
-¿Cómo diablos sabes eso?- se rió.
Me quede sin habla ni movimiento mientras ella continuaba por el pasillo sin salida. Seguí hasta mi habitación y entre lentamente, aún no me fiaba de este lugar llamado "mío". Me arrastré hasta mi cama y me deje caer en ella. Al rato sentí un ruido fuerte proveniente del baño. Pero está vez me sentí con todo el derecho a preguntar quién demonios estaba ahí. Me acerque y está vez tuve mis razones para pensar que, solo tal vez, se escondiera un asesino psicópata en "mi" baño. Tome el pomo de la puerta con mis sudorosos dedos y la abrí de par en par. Lo que estaba ahí no era un asesino ni muchos menos, era April que estaba sentada al borde de la bañera con los brazos y las piernas cruzadas.
-Te estaba esperando como hace unos 20 minutos jovencita, ¿dónde demonios estabas?- esto no era bueno para mí, todo lo que me ocurría en este lugar o las cosas que me decían las personas de este lugar me recordaban a mis amigos y familiares.
-Estaba dando un paseo, conociendo el lugar- eso era cierto y lo único que le iba a decir, no pretendía contarle sobre el pequeño e incomodo encuentro que tuve con Peter.
-Como digas... pero algo tramas porque Summer tenía una cara de pocos amigos hace un rato, cuando salí a tomar aire me la encontré refunfuñando y casi corriendo en dirección a su cuarto- enarco una ceja- ¿No abras echo enojar a doña "soy muy popular", o si?- tenía que ser sincera con April si quería ganarme su confianza.
-Fui al invernadero y al rato apareció Peter y... pues, solo hablamos.
-¿¡Solo eso!?- sonrío pícaramente en mi dirección mientras tomaba asiento en mi cama- bien echo, si le quieres gustar solo habla con él y nada más.
-¡No me gusta!
-Como digas- April tenía malas intenciones y era mi deber descubrirlas.
-Pero si cambias de opinión, estaré en mi habitación- me guiño un ojo y camino hasta la puerta, al tomar el pomo de la puerta se giro hacia mí- Ah, se me olvidaba- se acerco con paso ligero- Te dejaron un paquete en tu escritorio.
-Bien, luego lo veré.
-Nos vemos.
- Nos vemos- repetí sin ánimos.
Mire "mi" escritorio y me di cuenta de que allí se encontraba un pequeño bulto envuelto en un pañuelo ¿Esto es a lo que se refería April con paquete? Me acerque decidida a ver que demonios era este paquete. Al tomarlo, me di cuenta de que no era pesado pero si duro. En su interior contenía una pequeña cajita y, en esta, un teléfono celular. Marque el número de mis tíos y espere al tono de marcado. Nada. Solo oí interferencia y como si alguien colgara. Lo deje en el escritorio y abrí el armario en busca de mi pijama. Luego me acurruque entre mis almohadas y concilie el sueño.

Desperté hambrienta y la cabeza me dolía. Corrí al baño y termine vomitando bilis, no había comido nada en uno o dos días. Tome una ducha corta y me vestí con la ropa que utilizaría hasta salir de aquí o hasta morir. Me cepille el pelo y volví a pasar por la puerta transparente para llegar a la de metal. Al llegar Peter me esperaba cerca de una fila para tomar una bandeja para escoger el desayuno para por fin comer algo para poder vomitar algo que tuviera forma.
-Buenos días- me sonrió.
-Buenos días.
-Te ves cansada- me gusto lo que vi, su rostro preocupado solo por mí.
-Si te refieres a las ojeras y a mi cara de culo, no he comido en uno o dos días- intente esbozar una sonrisa natural, pero salio un tanto forzada.
-¿Quieres ir a sentarte y yo te llevo el desayuno?- reí- ¿Qué es tan gracioso?
-¿Quién me iba a decir que nos daban un mayordomo personal al llegar aquí?
-Se llama caballerosidad- tomo mi bandeja y me apartó con suavidad para tomar mi lugar, sentí un escalofrió cuando me toco- Ahora ve a sentarte con April, no quiero que te desmayes- me sonroje, pero el estaba distraído y no se dio cuenta- no me gustaría cargar tu peso hasta la enfermería- guau, eso era lo más mata pasiones que había oído jamás.
-Pues, comparando pesos yo peso como una pluma en tu comparación- dije irritada.
-¿Me estas diciendo que te molesto mi broma?
-Llámame sensible.
-Oh vamos Steph.
-Stephenie para los que me encuentran pasada de peso- la palabra gorda no me alegraría el día.
-¡Era solo una broma!
-No escucho una disculpa.
-Deja que tenga las manos desocupadas.
-La boca no utiliza las manos para moverse- le dijo algo a un chico que estaba a su lado y se acerco- ¿Qué… que haces?
-Lo siento mucho Stephenie, no me fue mi intensión dañar tu autoestima- susurró cerca de mi oído provocándome cosquillas y mariposas en mi estomago- ¿Me perdonas?
-S…si- balbucee.
-Gracia- se dio media vuelta casi rozando sus labios con los míos lo que me hizo sonrojar mucho.
Me guió entre las mesas y personas con mi bandeja en sus manos hasta llegar a una donde no había nadie. Me sentí incomoda y nerviosa, como quien va a dar una prueba o examen. Me hizo sentarme y luego se sentó frente a mí, observando con sus ojos verdes como comía con interés.
-¿Sabes?- dije dejando el pan que estaba comiendo en el plato- incomoda mucho cuando te miran comer con esos ojos.
-¿Qué ojos?- se enderezó y se cruzo de brazos sobre la mesa.
-Tus ojos.
-¿Qué tiene mis ojos?
-Me pones nerviosa cuando me miras comer- mi estomago rugió exigiéndome más, solo había mordido una vez el pan.
Rió con energía.
-Perdona, creí que te gustaba ser el centro de atención- puse los ojos como platos.
-Primero es al contrario y segundo, tus comentarios son cada vez más irritantes- solté con frialdad y le di un trago a mi jugo de naranja.
Se quedo callado mientras se sonrojaba, pero se lo había merecido por brusco y prejuicioso.
-Yo no quería sonar así, solo quería animarte, pero me pase de la raya.
-No importa- termine mi desayuno y me levante.
-Stephenie espera- tomo mi muñeca impidiendo que avanzara- ¿Me creerías si te digiera que no lo hice con esa intención, que me arrepiento?- se me fue el alma a los pies cuando vi esos ojos de cachorro mirándome. Le sonreí y le bese la mejilla.
-Nos vemos luego- me zafe de sus dedos y salí de ese lugar tan ruidoso.
Cuando salí mi rostro se volvió completamente rojo.
-¿Stephenie?- abrí los ojos y me encontré con la cara de April a unos centímetros mirándome con diversión.
-¿Qué?
-Le gustas a Peter- estaba segura que había oído bien, me sentía extasiada y las mariposas ya no estaban solo en mi estomago.
-Es una broma.
-No- negó con la cabeza- nunca lo había visto comportándose de ese modo, además, se lo dijo a Richard.
-¿Qu… que le dijo?
-Bueno, que le atraías… pero vas por el camino.
-¿Ahora eres mi cupido? Tengo un cupido y un mayordomo.
-¿Mayordomo?
-Chiste interno. Dime que más dijo.
-Así que te interesa- rió- ¿A ti también “te atrae”?- marco las comillas con los dedos como si estuviera diciendo una mentira.
Me quede en silencio, pero fue como si digiera que si. Sonrió como los payasos que me daban miedo cuando era pequeña (13) y me dijo una y otra vez lo sabia.
-Solo dime que mas dijo- le exigí.
-Que nunca había conocido a alguien como tú, que le habías interesado desde el primer momento… cursilerías- para mi no eran cursilerías, mas bien palabras románticas.
-Claro… mira, quiero ir a mi habitación a descansar un rato.
-Está bien- dijo con un puchero.
Me fui con paso apurado, como si mis pensamientos se fueran tras mis pies. No quería pensar en Peter por ahora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa1 Peteeeer es lindo tambien XD!pero donde esta el amigo! :S:S:S:S

Ginebra dijo...

Oh... ¡Qué mono que es Peter!