viernes, 18 de junio de 2010

Capitulo 6

-Esperó que sepas que te toca conmigo en las tareas- dijo orgulloso Peter.
-Aja- respondí sentándome al lado de Richard, mientras más lejos de Peter, más segura me sentiría y no balbucearía como la tonta en la que me estaba convirtiendo.
-No te veo animada hoy- sonrió Richard mientras me rodeaba los hombros con su brazo y veía que Peter se ponía bastante celoso.
-Tu no lo estarías si llegara un monstruo a tu cuarto protestando que no le dejaste dormir- refunfuñe y me acorde que Peter estaba ahí.
Este se limitó a reír y a guiñarme un ojo mientras me sonrojaba como un tomate.
-No entiendo, creo que me perdí de algo- dijo Richard.
-Si- afirmo Peter mientras tocaba mi pierna con su pie en señal de que no importaba, ¡a él no le importaba!
-¡Atención! Las tareas aparecerán en la pantalla, reúnanse con su compañero y diríjanse al lugar establecido- una voz chillona habló por un alto parlante ubicado en una de las esquinas del comedor.
-Iré a ver yo- dijo Ryan con tono de “los dejo solos”.
Se alejó algo apurado en dirección a una gran pantalla, una pantalla que no había visto antes.
-¿Y?- preguntó inquieto Peter mientras se sentaba a mi lado, tomando el lugar y la postura de Richard, es decir, rodeándome (mejor dicho aprisionándome) con su brazo.
-¿Qué?- pregunte nerviosa.
-¿No me vas a dar las gracias?- como en la noche anterior, se apoyo con su nariz en mi mejilla.
-Gracias por hacer que sienta vergüenza hacia mí.
-No es mi culpa- se enderezó- tu te quedaste dormida.
-Fue por tu culpa- me crucé de brazos, parecíamos dos novios discutiendo.
-¿Quieres que me disculpe?
-Peter Egan, ¿Siempre te tomas las bromas en serio?- pregunte con una sonrisa y le bese la mejilla ya que miraba hacia el frente con el ceño fruncido.
-A menudo- me sonrió y volvió a la misma postura de antes.
-¿Estas cómodo?- asintió haciéndome cosquillas.
-No me van a creer con quien me toco- Richard se sentó al otro lado de la mesa, me sonroje instantáneamente pero Peter se quedo con los ojos cerrados.
-¿Con quien?- dije tímidamente.
-Mientras ustedes, tórtolos, estaban aquí haciendo que clase de cochinadas que cruzaran por la pervertida mente de Peter- se tomó un respiro, si que hablaba rápido. Peter continúo mostrando desinterés hacia su amigo- descubrí que me toco con la perra de Summer- me reí con su comentario humorístico.
-A mi me toco con un depravado- Peter gruño ante mis palabras.
-Depravado es decir poco- bromeo Richard.
-No molestes Richard- murmuró Peter, quien continuaba sin moverse. Mi rostro se empezaba a quedar dormido mientras me seguía haciendo cosquillas con su respiración.
-Francamente no se como puede dormir en esa posición- le dije a Richard con una sonrisa.
-Es que Richard no me dejo dormir en toda la noche.
-Amigo, fuiste tú quien ronco toda la noche y llegó tarde.
-¿Duermen juntos?- pregunte asombrada.
-Somos casi dos veces más que las mujeres, así que compartimos habitación- me explico.
-Somos como cincuenta ¿Verdad?- esto se estaba volviendo en una conversación de a dos, ya que Peter estaba casi dormido, digo casi porque de repente me abrazó y se acomodo más en mí.
-Cincuenta y dos para ser exactos, tú no eres la única nueva.
<<.Ryan.>> pensé esperanzada.
-Hey Peter, ¿Por qué no dejas que Stephenie respire un poco?- lo pateo por debajo de la mesa.
-Mierda- se quejó mientras me soltaba para tomar su pierna- Me las vas a pagar.
-Veamos si me puedes atrapar.
-Soy más rápido que tu y…
-¿Se quieren calmar?- los interrumpí- Son peores que dos niños.
-Yo los he tenido que aguantar más tiempo que tú- dijo April apareciendo por entre la multitud. Sus ojos estaban remarcados por ojeras muy grandes e iba algo descuidada con su aspecto.
-¿Ya sabes quien te tocó?- pregunte mientras se sentaba al lado de Richard.
-Creo que con un chico llamado Tom, no lo se con exactitud.
-Tienes mejor suerte que dos de nosotros- dijo Richard.
-Adivino, te refieres a ti y a Stephenie- Peter la fulmino con la mirada.
-Exacto- asentí- por lo menos a ti te toco con un inglés.
-Y eso que no lo conoces en persona, te lo presentare luego- me guiñó un ojo.
-Stephenie- dijo Peter con el ceño fruncido mientras se levantaba- será mejor que vallamos a ver que nos toco- me ofreció su mano pero no la acepte, fingiendo que no lo había notado.
Caminamos sin mirar atrás, pero logre escuchar la voz de April y una carcajada de Richard. Peter me tomo de la mano y me ayudó a esquivar a muchos internos que caminaban sin mirar hacia delante, quizás pensando en lo afortunados o desgraciados que eran con su compañero.
-¿Cuándo comienzan las vacaciones de invierno?
-Verano, aquí es verano e inician en unas semanas- faltaban unos pasos para llegar- pero cuando llegan nuevos, se reordena todo. Por eso nos dan nuevas tareas y compañeros- me sonrió y nos detuvimos frente a una gigantesca pantalla.
Pude jurar que mi corazón se detenía. En la pantalla estaba escrito mi nombre junto al de Peter y… ¿Jardinería? Ahí esta la explicación del repentino paro de mi corazón, odiaba la jardinería. Mi tía siempre me decía que debía salir con ella a regar las plantas o a cortar los arbustos. Nunca lo hacía. Yo era, o mejor dicho, soy de esas que prefieren salir con sus amigos o leer un buen libro, por último prefiero estar frente a un computador horas antes que salir a regar una planta.
Suspire.
Debería hacer un esfuerzo si no quería parecer una completa estupida frente a Peter, o peor, darle una excusa más que señalada a Summer para burlarse de mi. Estar en este lugar era como estar en el infierno y el cielo, y nunca dejaría de pensar eso aunque lo repitiera cada dos horas en mi mente.
Me volví hacia Peter con una sonrisa que disimulaba muy bien el esfuerzo que había echo para hacerla, estaba deprimida y furiosa conmigo misma, demasiado como para dedicarle al ser que estaba a mi lado una real. Me di cuenta de que no había apartado casi ni un segundo su mirada de la pantalla, hice crujir mis dedos para llamar su atención.
-¿Ah?- estaba más que perdido, eso me irritó un poco.
-El señor “yo estoy muy ocupado mirando embobado la pantalla”, quiere hacerme el favor de enseñarle a la persona que esta a su lado donde demonios queda el jardín- me cruce de brazos y levante una ceja.
-Perdona, estaba distraído.
-Me di cuenta- me encogí de hombros- mejor voy a preguntarle a April.
Me entristecí al ver que no me seguí ni intentaba detenerme, se quedaba donde lo había dejado con la mirada perdida y los brazos a sus costados. Me estaba volviendo una egoísta y paranoica. Camine sin volver a mirar hacía atrás, sabía que si le dedicaba una sonrisa el no me la devolvería y eso haría que me pusiera a llorar humillada. No le iba a dar más tesoros a Summer ni a su AM.
Al llegar a la mesa, me senté al lado de Richard, no tenía la intención de que miraran mi expresión y me hicieran preguntas como: ¿Qué te pasa?, ¿Estas bien? Me las arregle para parecer normal atormentándome con la idea de ponerme a llorar delante de Richard.
-¿Dónde está el “jardín”?
-¿Jardín?- rió April.
-Ahí dos lugares que se pueden llamar “jardín”.
-¿Van a seguir burlándose o van a decirme donde tengo que ir?- fruncí el ceño, en este momento no estaba para bromas.
-¿Por qué no te lo dice tu príncipe?- se estaba pasando con sus bromas y me tuve que contener para no golpearlo en ese mismo momento.
Me levante de golpe y moví mis piernas con furia en dirección al lugar donde entregaban la comida, como si quisiera patear algo invisible. Al llegar intente calmar mi respiración, pero no pude evitar que una lagrima resbalara por mi mejilla. Era el único lugar que estaba completamente vació, sin perezosos que estuvieran detenidos conversando para no trabajar o curiosos que estuvieran del lado de Summer. Me limpie la lágrima e intente reordenar mis pensamientos.
-¿Estas bien?- era una voz masculina que nunca había escuchado antes.
A mi derecha (poco importa) se encontraba un chico un poco más alto que yo, pero no más alto que Peter, que me observaba con preocupación. Sus ojos no tenían un color fuera de lo normal, aunque eran lindos. Eran almendra y había un brillo juguetón en ellos. Su cabello era castaño como muchos en ese lugar y su sonrisa… no sabría describirla. Me dio un pañuelo que utilice para secar mis ojos, se lo ofrecí de vuelta pero negó diciendo que parecía que yo lo necesitaría más que el.
-Supongo que no- dije haciendo un gesto para restarle importancia- pero eso no parece importar a los que llamo amigos y…- iba a nombrar a Peter como algo más que un amigo, pero no me pareció correcto.
¿Cómo me había llamado la AMS? A si, su “juguete sexual”. Aun que odiara la palabra, no paraba de rondar por mi cabeza, era como un mosquito molesto que no puedes matarlo por más que lo intentas.
-¿Te importa si te acompaño?
-Tom ¿cierto?- dije al darme cuenta de su marcado acento.
Negó con la cabeza.
-Soy Dan Boyle, de Londres- me sonrío- pero conozco a Tom.
-El mundo es muy pequeño- me burle de la típica frase- Es la pareja de una amiga en los trabajos.
-¿Y tú pareja?- esa pregunta fue como un golpe en el estomago.
¿Y mi pareja? De seguro estaba por ahí hablando con alguna chica para utilizarla después que a mi me rompiera el corazón. <<.Stephenie, estas paranoica- me repetía una y otra vez- ni siquiera sabes porque estas enojada con él.>> Esa parte de mi mente tenía razón.
-Por ahí, supongo. Le pregunte adonde teníamos que ir pero ni me escucho.
-Yo puedo mostrarte donde, pero primeros vamos a ver donde te toca.
Yo ya sabía donde, pero recordé como se habían reído de mi April y Richard. Me mordí la lengua.
-Stephenie- dije sin pensar.
-¿Qué dijiste?
-No me he presentado. Soy Stephenie Wolper- le sonreí lo más natural que pude.
-Bonito nombre- me devolvió la sonrisa.
Buscó mi nombre y vio quien era mi pareja, hizo una mueca pero continuó leyendo hasta que llegó a mi tarea.
-“Jardinería”- leyó con interés- es fácil llegar, solo debes elegir donde.
-¿Cómo donde?
-¿Invernadero o patio principal?
Opte por el patio principal, no quería ir al invernadero. La razón estaba más que clara, aun que fuéramos compañeros, no quería ver a Peter donde nos habíamos besado ni mucho menos verlo. Entonces me di cuenta de que no estaba donde lo había dejado.
Me tomo de la mano, lo que me sorprendió, y me guió por un laberinto de pasillos hasta llegar a mi destino. Era algo muy parecido a una cúpula partida a la mitad, solo que por arriba. Estaba llena de senderos de graba bordeados de árboles y flores, no me explicaba como estaba todo eso ahí. Cada cierta cantidad de metros habían zonas circulares con banquitos y un basurero, era el lugar perfecto para charlar y relajarse. Un grupo de internos ya trabajaba en lo de plantar, regar y cortar. Me sentí incomoda y me solté de la mano de Dan.
Peter no estaba, perfecto.
-¿Quieres que trabajemos juntos? No veo a Alex por ninguna parte y también me tocó jardinería- a este chico le encantaba sonreírme, como si con eso me fuera a arreglar el día.
-Si, ¿Por qué no?
Caminamos por los senderos hasta llegar a un lugar repleto de herramientas de trabajo. Dan escogió un rastrillo y una podadora. Me entregó el rastrillo y caminamos hasta un lugar sin trabajadores.
-Será un día largo- suspire.

Cuando terminamos, me dolían los brazos y desde el cuello hasta la cadera. Mi garganta exigía agua urgentemente y parecía como si Dan estuviera acostumbrado.
Después de un rato, apareció una chica menudita con un carro con agua y sándwiches, me percate que no había visto a ningún adulto en los 2 o tres días que llevaba aquí.
Mientras almorzábamos, Dan me habló un poco más sobre las reglas y las personas que estaban en el lugar. Era cómodo y relajante hablar con alguien sobre eso sin que se te tirara encima o te seducirá para que lo besaras. Me dio asco un poco pensar en eso así que quite a Peter de mi mente tan rápido como había llegado.
Intente disfrutar el momento, pero el método que había utilizado antes estaba funcionando sin que yo quisiera. Intente prometerme nunca más utilizarlo, ni con Peter ni con nadie. Había evolucionado, los pensamientos tortuosos se habían multiplicado con el pasar de los días haciéndolos insoportables y dañinos.
-Si te conociera, diría que eres algo depresiva.
-Exacto- suspire- si me conocieras.
-Yo sí- contestó una voz familiar y vi a Peter aparecer de la nada- Pensé que eras MI compañera.
-Lo soy, pero no te encontraba y me ignorabas- lo fulmine con la mirada- Dan me mostró donde tenía que ir y me ayudó.
Peter se acercó decidido y me levantó de un tirón para tomarme por la cintura y acercarme a su cuerpo posesivamente.
-Un gusto conocerte, Stephenie- sonrió Dan- nos vemos luego.
-Espera- hizo un gesto con la mano en forma de despedida, y se fue por donde habíamos llegado.
Me sentí tan avergonzada e irritada. Me quite a Peter de encima y me coloque frente a él, echaba chispas por los ojos y el solo me miraba sin expresión alguna, lo que me irritaba más.
-¿Me quieres decir que te pasa?, ¿Eres bipolar o que?- miró hacia otro lado avergonzado- Primero eres muy cariñoso y después me evitas para luego hacer esto, ni se que nombre darle- me masaje la frente con el pulgar y el índice.
-Stephenie… lo siento- inspiró profundamente- Pensé que éramos felices, pero me entró la duda que nuestra relación te hacía daño. Lo medite y me di cuenta de que lo más seguro era que me equivocaba, por lo que te busque por todas partes hasta que te encontré con Boyle- se acercó- debo admitir que tenía celos.
Sin dudarlo, me acerque y lo abrasé hundiendo mi rostro en su pecho.
-No tienes porque estar celoso.
Me beso la cabeza y sentí que me abrazaba con más fuerza. La levanté para mirarlo directamente a los ojos ¿Debería besarlo? Talvez eso arruinaría una relación duradera, bueno, probablemente duradera. Me estire hasta que solo la punta de mis pies tocaba el suelo, para apoyarme en su hombro con mis brazos rodeándole el cuello. Me sentía segura y cómoda, pero algo me inquietaba y hacía que tuviera ganas de saltar y correr gritando por todas partes.
Me e di cuenta de que el si me quería besar cuando me aparto, algo me decía que… talvez… porque… Aggg. Estaba confundida y mis pensamientos desaparecían por su culpa. Acercó su rostro al mío, pero sentía que alguien me miraba, me vigilaba. La voz que siempre me hablaba y que llamaba instinto, me decía que era Ryan, pero solo era una esperanza.
Cerré los ojos y me concentre en vivir el momento, en gozar el presente, en disfrutar sus labios acariciando los míos con dulzura. Sus manos reposaban en mi cintura, no se atrevían a moverse y yo no me atrevía a ir más allá. Estaba segura que Peter pensaba que yo era como un venado, si iba muy rápido me asustaría y saldría corriendo, en parte si. Nuestro beso no paso más allá del contacto entre labios. Aún sentía que me miraban, pero no le di importancia. Para mi esto era como cuando alimentas a un cachorrito. Si lo sobre alimentas acabara muriendo, si le das poco morirá de hambre, pero si le das lo que necesita, vivirá feliz.
Nuestro beso se volvió más intenso, pero seguíamos solo utilizando los labios. Parecía como si necesitáramos uno del otro, pero ambos sabíamos que era como el fuego, al principio es divertido jugar con el y cada vez más aumenta lo peligroso, pero te terminas quemando, por lo que “manteníamos distancia”. Yo deseaba a Peter, pero no de la manera que muchos piensan. Era una necesidad “espiritual”, necesitaba su voz, su presencia, su mirada <<.Me estoy volviendo cursi.>> pensé. Era increíble pensar que habían pasado apenas 3 días, pero así había sido. Mi vida en general era rápida, pero lo de Peer había sido demasiado. Me hubiera encantado que fuera como en los libros, donde la protagonista conoce de apoco al chico “ideal”. Sufre, ama, la traicionan y termina besando a su chico en un momento mágico y perfecto. Tonterías, eso nunca pasa en la vida real.
También podría hablar de los triángulos amorosos, sinceramente son fantasías de la autora escritos en una hoja, pero las disfraza de “ideas para hacer el libro más interesante”. Pero ahí que admitir, a quien no le gustaría que dos chicos guapos estuvieran enamorados de ti y se pelearan por ti, especialmente si son vampiros, hombres lobo, ángeles o simplemente humanos perseguidos por millones de chicas. Un sueño echo realidad, para la mayoría inalcanzable.
Pero solo eso… un sueño.

2 comentarios:

Ginebra dijo...

Vaya; me está encantando, de verdad.
Eres buenísima en esto. ¡Me quedo con Dan! Peter es sospechoso...

Ginebra dijo...

Pero no se me ocurre dónde están ni por qué...