miércoles, 1 de septiembre de 2010

Paseo poco común

Se podría decir que Ángela despertó después de una larga noche, pero ella no dormía. Había pasado toda la noche frente al televisor o pensando en la inmortalidad del cangrejo.
Camino hasta su habitación para cambiarse de ropa. Al entrar se detuvo a mirar el abrigo. Suspiró y entró al cuarto de baño. Al salir tomó el abrigo del suelo y lo observo por un momento. Se estremeció ante el olor de este y lo volvió a tirar lejos. Mientras pensaba en como hacer funcionar la lavadora sintió un golpeteo fuerte en la puerta principal.
-Ya voy- camino rápidamente hacía la puerta principal.
Revisó su aspecto y se estiro hasta la mirilla de la puerta. Ahí, tan guapo como siempre, Matt se movía nervioso e impaciente. Abrió la puerta lentamente y se apoyo en el marco de esta. Matt levanto la vista y la observo detenidamente.
-Hola Matt- le sonrío.
-¿Estas lista?
-En un minuto- dijo volviendo a entrar sin cerrar la puerta.
Se quedo en el mismo lugar y observo como Ángela entraba en su habitación y volvía a aparecer con un bolso en la mano.
-Antes ¿Me puedes ayudar con un problema?
-Claro.
Ambos caminaron a la cocina y Ángela señalo la lavadora.
-Es como si fuera de otro mundo- bromeó.
Pasaron unos minutos en los que Matt le explicaba a Ángela como se utilizaba la lavadora.
-¿Nos vamos?- le dijo cuando termino de explicarle todo.
-Si- asintió con mucho ánimo, luego de haber estado toda una noche viendo televisión.

Tantos colores y casas diferentes mareaban a Ángela, más de una vez se tambaleó y casi cayo al suelo, sin que Matt se diera cuenta. Caminaron por senderos de tierra y por calles pavimentadas. Tiendas, hoteles, parques y cines fueron algunas de las cosas que vieron. Ángela estaba extasiada observando con curiosidad todo el tipo de personas que pasaban por su lado. Siguieron caminando hasta llegar a un café.
-Tomemos algo antes de continuar.
-Por mi esta bien- pensó en que, quizás, se sentiría algo incomoda entre tanta gente.
Al entrar, se sentaron en una de las mesas y esperaron a que se les acercara el camarero.
-Cuéntame algo sobre ti- le exigió.
-¿Qué quieres saber?
-¿Por qué quisiste venir aquí?
-Mis familiares vivían en esta isla- hablo melancólicamente.
La camarera apareció con ánimos a preguntar que era lo que querían pedir. Luego de que Matt pidió y Ángela se excusó con que ya había tomado desayuno, continuaron hablando un rato.
-Vuelvo enseguida.
Ángela le sonrió y comenzó a juguetear con un mechón de su cabello, hasta que lo vio. Era un hombre alto y rubio con los ojos negros.<<.Un demonio.>> pensó desilusionada. Se acomodó y vio con curiosidad como este hombre se acercaba con decisión a su mesa.
-¿Te conozco?- inspiró con fuerza.
-No- dijo cortante.
-Tu olor me es familiar.
-Todos los ángeles tenemos el mismo olor- mintió incomoda.
-No, conozco a muchos- se quedó pensando un rato- Ahora que lo pienso… ya me acuerdo de ese olor.
-¿Si?- se asustó.
-Darren- susurró.
-¿Lo conoces?
-Es mi hijo- sonrío pícaramente mientras la obligaba a levantarse y tomaba su rostro con las manos.
-Suéltame- dijo calmadamente- ya tengo suficiente con uno.
-No, nunca es suficiente con uno.
-Ángela.
El demonio puso su mano rígida y Ángela tuvo que utilizar mucha fuerza para mirar hacia la voz. Era Darren, observaba con el seño fruncido y los puños cerrados con fuerza.
-Darren- murmuró aliviada.
-Eric suéltala- gruño.
-Me encantaría, pero nos estamos divirtiendo.
¿Por qué nadie miraba? ¿Por qué nadie intervenía? Ángela se sentía como un trozo de carne tironeada por dos perros enormes y furiosos. Se logró zafar y quedo entre medio de ambos.
-Ángela ven, él es peligroso.
<<¿Ir hacia ti? ¿Estás loco? Eres un demonio salvaje, pero tu padre no es mejor>> pensó confundida. Se acercó con cuidado hacia Darren pero se detuvo, indecisa.
-¿Qué esperas?
-¿Matt?- pregunto aún mas asustada.
Lo buscó con la mirada y lo encontró hablando con una chica, cuando escucho que ella lo llamaba otra vez se dio media vuelta y caminó hacia ella.
-¿Nos podemos ir?
-Enseguida, déjame pagar y nos vamos- miro a Darren y luego a Eric- No me tardo.
-¿Qué haces?- Darren preguntó molesto.
-Irme, con él estoy mil veces más segura.
Los minutos que pasaron se le hicieron infinitos a Ángela, la cual observaba inquieta como Eric y Darren se miraban fijo. Cuando llego Matt, se despidió de Darren con un gesto y se alejaron del lugar rápidamente.
-¿Quién era?- preguntó recelo.
-Un amigo de Darren- mintió.

-¿Qué quieres de ella?
-Somos demonios Darren. Robamos, mentimos, nos adueñamos de las cosas de los demás, cumplimos los 7 pecados capitales con frecuencia.
-Ángela no es un objeto que puedas robar.
-¿Por qué? ¿Por qué es “tuya”? No me hagas reír.
Darren apretó los dientes. Claro que era suya, después de todo, él la había marcado con su olor, aunque eso sonara como si fueran perros marcando su territorio. Sonrió interiormente ante la idea.
-Mejor me voy.
-Cuídala y recuerda que siempre estaré cerca.
Darren se estremeció y corrió para alcanzar a Ángela y a Matt, debía vigilarla en todo momento.

La playa a la que Matt la había llevado era un lugar grande y silencioso, nadie estaba ahí a esas horas, solo en la noche cuando se hacían fogatas. Miro extasiada como las olas rompían en la orilla y como las gaviotas volaban de un lado al otro. Nunca había estado en la playa, no desde… agitó su cabeza con fuerza. Corrió hacia el mar y se quito los zapatos y lo calcetines cerca de la orilla. Inspiro profundamente la brisa marina y corrió al agua dando saltitos.
-¡No te recomiendo que hagas eso!- le gritó Matt desde un poco más lejos.
-¡¿Por qué no?!
-No hay buen clima y el agua está helada.
-¿Cómo lo sabes si no la as tocado?- se le acercó dejando sus pies llenos de arena.
-Simplemente lo se.
-Te reto a acompañarme.
-¿Un reto? Está bien.
-Competencia- sonrió pícaramente.
Fueron hasta el agua corriendo, Matt tras Ángela ya que ella no necesitaba respirar y no tenía limite en sus esfuerzos, ella no podía morir por un exceso. Matt disfruto ese momento de felicidad en su vida, disfruto la risa angelical de ella. Todo le recordaba tanto a su hermana.
El contacto frió del agua con la piel de Matt fue como si mil agujitas se enterraran en sus pies, no se quejó y se limitó a concentrarse en disfrutar el momento.
-¿Segura que no sientes el frió?
-No está helada, ya te lo dije- mintió.
Hace tanto que no disfrutaba así con una persona, hace tanto que no la pasaba tan bien.

Se sentaron en la arena mirando las constantes olas que azotaban a la orilla. Mientras hablaban de muchas cosas que no interesaban a los oídos de Ángela, ella observaba las distintas expresiones y tonos de Matt. Se reía mucho cuando veía su cara deformada por expresiones humanas como la rabia, la risa, la pena o cuando simplemente bostezaba debido al cansancio. Cuando se sonrojaba al encontrarse con su mirada o cuando se le trababa la lengua cuando se acercaban mucho. Más de una vez soltó una risa y tuvo que mentirle a Matt diciéndole que no era nada lo que causaba que ella se riera. Todo esto lo observaba desde lo lejos Darren, con el ceño fruncido a cada acercamiento y con una sonría cuando Ángela reía ¿Por qué le estaba sucediendo esto? ¿Por qué le pasaba esto con ella? Apretó los dientes con fuerza y se castigo mentalmente con la muerte del ángel que su padre había matado ¿Por qué hacía esto? ¿Temía hacerle esto a Ángela? ¿Temía lastimarla? Se reprendió por las preguntas y sensaciones que recorrían su cuerpo gracias a ella. Se obligo a volver a mirarlos y observo como Matt jugueteaba con un mechón suelto del cabello de Ángela y luego hacía lo mismo con sus manos. Por su parte, Ángela disfrutaba con como cortejaban los seres humanos, era algo tan nuevo pero a la vez familiar. Le gustaba como la hacía sentir única y especial, bella y consentida. Varias veces se dio cuenta de que Matt dirigía disimuladas miradas a su labio, pero nunca entendió ni logro adivinar el porque.
Enterraba y desenterraba sus pies en la arena intentando no recordar su vida pasada, tanto dolor y sufrimiento.
Matt la miraba curiosamente, sintiendo tantas emociones a la vez que lo mareaban pero a la vez lo animaban más que ningún otro día. Se sentó más cerca y apoyó su cabeza en sus rodillas observando el oleaje del mar. Ángela lo observo, para ella era tan extraña y compleja la mente de los humanos, algo que había abandonado hace mucho tiempo, contra su voluntad. Se estiró y dejo su lugar junto a Matt para volver al agua.
-¿Adonde vas?
-Al agua.
Se levantó con esfuerzo y la siguió.
-Te cuesta entender que no debes meterte al agua cuando esta helada- le dijo con una sonrisa.
-Y a ti entender que no me importa- le devolvió la sonrisa mientras entraba en el agua.
Darren deseó ser él el que la acompañara al agua, el que le advirtiera que tuviera cuidado que el agua estaba helada. Fue el quien sacudió la cabeza esta ves ¿Por qué? ¿Por qué le sucedían estas cosas a él? Se alejó molesto y se volvió a esconder en el bosque.

¿Quién le había advertido de que si te metías al agua y luego caminabas por la arena terminarías llena de arena? Nadie. Tuvo que caminar descalza a su casa ya que no quería llenar de arena las zapatillas. Hace un rato no le había importado el frío del mar. Porque casi no lo sentía, pero ahora si le molestaba tener que soportar las piedras que se le enterraban en su pie sin compasión. Volvían por el mismo camino, ya que a Matt se le había olvidado por completo comprar lo que tenía que comprar.
-¿Por qué no te limpias la arena?- preguntó cuando le escuchó quejarse por centésima vez.
-Falta poco- suspiró.
-Eso esperó por tu bien.
Siguieron caminando en silencio, Ángela reteniendo sus quejas en su mente y expresiones y Matt reteniendo su angustia ante el sufrimiento de ella y por haber hablado con Susan hace tan solo unas horas atrás. Matt se dejo sumergir, nuevamente, en la culpa y no se percató de que Ángela se había tirado al suelo fingiendo gemir de dolor. Cuando lo descubrió, corrió hacia ella.
-Estás bien.
-Sinceramente no, creo que me enterré algo en la planta del pie.
-Ven, debes quitarte la arena.
La llevo hasta una fuente y la ayudó a limpiarse la arena y la tierra del pie. Tenía incrustado un fragmento de vidrio y le escurría un pequeño hilo de sangre muy pura, pero no se dio cuenta de ello.
-No es grave, pero si no hacemos algo se infectara.
-Puedo hacerlo sola, solo necesito que me ayudes a llegar a casa.
-Yo…- vaciló un momento- está bien.Volvieron a lo de caminar, pero está vez los temas fueron porque no había llegado la tormenta esa noche y Matt preguntando a cada rato si estaba bien, si no le dolía la herida o si prefería que la cargara a lo que ella contestaba con un no rotundo. Esto fue continuo hasta que llegaron hasta la casa de Ángela, donde ella se negó a dejarlo pasar esta vez, ella podía cuidarse sola, aunque no lo hiciera muy bien que digamos. Entró rápidamente y se recostó sobre su cama, esperando a que el sueño la consumiera, algo imposible de lograr. Cerró los ojos con fuerza y esperó, y esperó….

3 comentarios:

Ana dijo...

no sabes cuanto me alegro q vuelvas a publicar existencia espero que pronto subas tambien cap nuevos me encanta

ReginanigeR dijo...

Ay, que suerte que hayas colgado ya el tercero... me encanta x) ... pero algo no me queda clarito, para que esta ahi angela?? es algo que vas a dar a conocer mas adelante o yo no entendi muy bien lo del primer capi... o sea, se supone que va a detener a un demonio, no?... Bueno, espero puedas seguir con la historia, sabes que me encanta (En especial Darren), no te rompas la cabeza y piensala bien, que tenes buen material...
Mis saludos y espero tengas mucha inspiracion...

Bren dijo...

Lamento no haberme pasado el miercoles!!
pero ya estoy aqui!!!
y cmo siempre me dejas en la intriga total!!!
neta no se como le haces para que tu historia se vulva tan adictiva!!
COMO SIEMPRE EL CAPITULO ESTUVO MAS QUE FANTASTICO!!
ya quiero saber que pasar cn Darren!!
sera un amor imposible??
podran estar juntos?
o tendran que dar algo a cambio??
no sabes estas solo son algunas de las miles que
me has dejado!!
de vdd!! me muero por leer el proximo!!!